Georges de Nantes.
Doctor místico de la fe católica

12. PROYECTO DE FUNDACIÓN

A la tarde de la vida una sola cosa permanece, el amor. Hay que hacer todo por amor. Mediten esta sentencia del Carmelo, será en las tribulaciones de su vida una luz que sosiega, escribía el Padre de Nantes en su primera ‘Carta’ enviada a unos sesenta amigos el 1º de octubre de 1956. ¿Y qué enseña esta sentencia Una verdad que ha sido la gracia de sus ocho primeros años de sacerdocio :

Dios es bueno cuando quiebra la carrera de alguien. Todas las falsas grandezas y falsas riquezas de la tierra le son quitadas y si recibe la gracia de perder la esperanza de reconquistarlas, entonces queda lugar en él para los verdaderos bienes de la contemplación. A todos, les deseo semejante fracaso. ¿De veras Entonces, entendemos porque los destinatarios de esas Cartas nunca serán muchedumbre. Ni sus cercanos, ni Francia, ni la Iglesia perderán ahí, estén seguros de ello, agregaba nuestro Padre. La obra monumental de la cual esta Carta a mis amigos n° 1 es el prólogo, da hoy la prueba sobreabundante de ello.

Rechazado del noviciado de los Carmelitas, el Padre de Nantes probó de nuevo, ese verano de 1955, el fastidio de no saber qué hacer con su sacerdocio en una corporación clerical cada vez más hostil. 1 Gracias a la generosidad de su amigo, Henri Boegner 2, encontró un refugio en octubre en el Colegio de Normandía, filial de la Escuela des Roches, dirigida por André Charlier 3. Atendió ahí un puesto de profesor de filosofía.

Me ocupé al mismo tiempo de Anceaumeville, pequeña parroquia rural vecina con familias todavía profundamente cristianas. Es para esos campesinos, para algunos exalumnos y varios conventos de religiosas en los que iba a predicar, que escribí mi primera Carta a mis amigos4

Es en Anceaumeville que ejercerá y probará por primera vez el ministerio de cura de campo :

Como mis ancestros, quise ser el ministro del culto, el dispensador de la Verdad y de la Vida, el intendente de los sacramentos de Cristo tanto como pude. Constantemente indigno, pero entregado. Esta intimidad en la labor da a luz o desarrolla a lo largo de los días la harmonía en el amor, tal como lo exprime San Juan de la Cruz en sus Poemas que fueron, desde hace veinte años, todo mi canto... ‘Cuando tú me mirabas, su gracia en mí tus ojos imprimían ; por eso me adamabas, y en eso merecían los míos adorar lo que en ti vían.’(CA, 23) [...]. Lo sabemos mejor desde el santo cura de Ars y Carlos de Foucauld, o San Pío X, el Pontífice con el corazón sencillo : Jesús volvería en la tierra, sin duda se haría cura de campo y ningún sacerdote es grande si no se asemeja al más humilde de ellos. Ceremonias, catecismo, visita a los enfermos, confesiones, adoración silenciosa en la iglesia desierta, tal es el honor, tal es la carga del sacerdote servidor y amigo del Salvador. Es ahí, no en otra parte, que está nuestra primera y más profunda vida. 5

Junio de 1958, día de comunión solemne en la parroquia de Anceaumeville
Junio de 1958, día de comunión solemne en la parroquia de Anceaumeville, cerca de Clères, en Normandía.

UNA LENTA MADURACIÓN

Pero el Padre de Nantes no limitaba su celo sacerdotal a esta parroquia ni a los cuantos alumnos que le eran confiados... Continuaba a atender a las religiosas Servitas de María en Groslay, a las cuales predicó en diciembre de 1956 un retiro sobre el Cantar de los Cantares 6 ; Colaboraba también en los Cuadernos del círculo Fustel de Coulanges 7 que dirigía Henri Boegner, ‘el santo de la Acción Francesa’. Fundó con algunos amigos un mensual para los estudiantes de Acción francesa : ‘Amistades francesas universitarias (a. f. u)’, a fin de contrarrestar la ruptura de Pierre Boutang 8 que se había pasado al campo gaullista con su ‘Nación Francesa’.

Conservaba un ojo atento y exigente, una mirada de verdadero Padre, sobre sus discípulos, presidiendo al despertar de nuestra vocación, ese mismo deseo, venido de Arriba, de buscar a Dios y servirlo.

En aquel otoño de 1955, mientras que Gerard Cousin hacía un año de hypokhagne en Louis-le-Grand, yo empezaba ‘science-po’. Nos quedábamos en el hogar estudiante de los Padres maristas, 104 calle de Vaugirard, donde nuestro Padre venía de vez en cuando a vernos. El domingo, vendíamos Aspectos de Francia en las entradas del metro, al igual que a. f. u.

En cuanto a su vocación profunda, nuestro Padre esperaba que Dios ilumine su camino : Quisiera dejarme llevar por Dios, nos confiaba, sin cuidado a las preocupaciones y tormentos demasiado humanos. Que Dios nos despoje de nosotros mismos, que nos apegue a Él y que su servicio sea cumplido según su única Voluntad. 9

No se hacía ilusiones sobre las dificultades venideras : Estamos empeñados en un terrible y duro combate, cuyo término es inseguro [...]. Entonces, hay que callar, rezar, preparase largamente. Es por eso que desde hace diez años me han rechazado, purgado y enviado en exilio, cada vez me dejé ; no concebía como inmediatamente posible la lucha abierta. Es demasiado grave y más vale esperar la Hora de Dios [...]. Al extremo límite, nuestra acción política por Francia podría resultar inútil. Pero si el alma acepta todo eso como una acción religiosa, ya no tememos el porvenir. Lo peor, que es el martirio, es para nosotros lo mejor. 10

A Gerard Cousin, le escribía : Ves, escoge siempre el camino bajo, de la humildad, del prosaico servicio de Dios. Si amas a Nuestro Señor como yo, ¡detestarás la diversión, el divertimiento, tan elegante, tan humanista, tan fino cual sea Iras dulce y poderosamente a contra corriente, hacia los bajos empleos, hacia los exilios, hacia la lucha sin gloria. Mira mi vida... Estoy año tras año echado de ahí donde estoy a un calabozo menos honorable... Eso es bueno y es así que somos buenos obreros del Reino de Dios. 11

Armados con semejantes consejos, ingresamos al seminario en octubre de 1956, Gerard Cousin en Issy-les-Moulineaux y yo en los Carmelitas de París. Por su lado, nuestro Padre continuaba a llevar los dos caballos de su tiro, mística y política : ¡La Providencia me puso a parte, sin permitirme renunciar a mi parte en la justa batalla 12

AMISTADES FRANCESAS UNIVERSITARIAS. 13

Su primer artículo en a. f. u. le recordaba a los estudiantes que se preparaban a emprender el camino hacia Chartres las intenciones de una peregrinación de Cristiandad, que asocia a la Virgen y a la fe que salva, la preocupación de la salvación francesa y del orden humano que es necesario volver a encontrar. Y formulaba la oración así : Nuestra Señora de Francia, expulsa de este país que te está confiado, la anarquía y el odio, restablece en él la justicia, el orden y la autoridad de un jefe legítimo, para continuar ahí su obra de civilización y evangelización. Guarda a la Cristiandad del comunismo perverso y danos en los peligros de la hora la integridad de la fe. 14

Nuestro Padre escribirá en a. f. u. unos veinte artículos, desde mayo de 1955 a julio de 1958, bajo el seudónimo de Euforion y de Roland Despree. El primero se presenta en profesor de filosofía política, joven maestro ardiente, apasionado de la verdad que transmitir y en hacer servir :

Porque la Verdad, es para los cristianos el Verbo creador, y para los filósofos la substancia misma de las formas. No es una hermosa estatua inútil. Está implicada en todo debate humano, tan mínimo como sea. No es un axioma matemático ni un principio metafísico, es la coherencia de las ideas y de los seres, es el lazo y el cimiento del universo ; es la continuidad histórica [...]. La última grandeza que se les ofrece, estudiantes franceses, es ‘pensar claro’, como dice el canto realista. Es uno de sus mayores quien les ayudará aquí, este año. Les hará escoger y amar, etapa tras etapa, la verdad entera. En ella ha ganado, en pos de tantos otros, la libertad del espíritu, la alegría de la independencia, el gusto del servicio y, por añadidura, persecuciones. ¿Tal vez ustedes, en vez de persecuciones, tendrán la victoria 15

En los artículos de Euforion se reconoce, con todavía más ímpetu, la manera intelectual de proceder de Amicus, la que empeña todo el ser al servicio de las ‘verdades santas’, en particular esta realidad sagrada que es la Francia carnal y espiritual :

Los idealistas ven a la Francia carnal, llana, aburrida, y se complacen en soñar sistemas brillantes, generosidades políticas. Todo eso es viento. Francia con sus campos y sus fábricas, sus cunas y sus asilos de ancianitos, sus escuelas y sus iglesias, por poco que la contemplemos, le enseña a nuestros espíritus sus verdades. Son siglos de labor empezada por los ancianos y que espera de nosotros un aumento de cuidados y esfuerzos. Son seres inacabados que solicitan nuestra entrega para tener buen éxito y a su turno perpetuarse, sin que la trama de su historia nunca sea cortada. Son, durmiendo en las bibliotecas y los museos, verdades eternas, miríadas de obras para siempre pasadas cuyo perfume puede aún regocijar cien generaciones. Es para mi alma cristiana una Presencia divina encarnada, que permanece sosegada y segura en nuestro hogar, por gracia y elección, en espera por una humanidad aún yacente en la sombra de la muerte, en nuestras fronteras y más allá.

¡Qué conservación debe ser llevada ante tantos bienes incomparables... 16

Su amor le manda a su razón y a su acción : ¡qué maestro para una generación abandonada a sí misma ¡Qué sabiduría política Es Euforion. Bajo esta firma, Jorge de Nantes busca hacer alianza con todos aquellos que están al servicio de la misma verdad.

Las ‘Amistades francesas’tienen por meta primera esta búsqueda de la verdad, esta formación decisiva del espíritu y del corazón que nos llevarán a escoger entre las fuerzas que dirigen al mundo las verdades santas, los bienes auténticos, y servirlos. 17

Bajo el seudónimo de Roland Despree, Jorge de Nantes desempeña el papel de un crítico literario e historiador experimentado. Bajo su pluma, la historia contemporánea encuentra su función de maestra de vida, sacando la lección de las horas y desdichas del momento : desastre de 1940, asunto de Suez, sobresalto patriótico de Alger... Diagnóstica la crisis ineluctable del régimen y prevé la dictadura : si no es nacional, será la obra del peor, anuncia. Pronto será el regreso de De Gaulle.

Porque la democracia, es el mal, la democracia, es la muerte, repite en pos de su maestro Charles Maurras : Odio la democracia con un odio perfecto. Entre esta idea funesta, ídolo ávido de sangre humana y nosotros, no puede haber compromiso... Un árbol no para el viento en la llanura, ni una vela en el océano, sin duda el proverbio es sabio. Pero si cada uno de nosotros lleva en él el odio de esta nube malhechora, seremos una fuerte muralla, protectora de la ciudad que amamos. 18

No es sólo la angustia de la salvación de Francia metropolitana que lo oprime, sino la incertidumbre del destino reservado a nuestra hermosa Argelia francesa, en pos de Indochina, por el terrorismo revolucionario, que lo incita a tomar públicamente su defensa.

UNA COMUNIDAD HISTÓRICA QUE SALVAR.

Al firmar con su verdadero nombre en El Orden francés, otro mensual nacionalista, el Padre de Nantes sube al almena para apoyar el ejército francés en lucha contra los rebeldes de Argelia y, lo peor de todo, difamado por odiosas campañas de pretendidos moralistas.

En un primer artículo, intitulado ‘La traición de los moralistas’, constata :

Cuando el Ejército francés lucha contra un puñado de ‘bandidos’que matan, violan, encienden y asesinan, se encuentran intelectuales para justificar moralmente a los bandidos y compadecernos sobre su destino. Se sabe perfectamente que Dios condenó al homicida, ¡y eso basta para condenar la ‘represión’llevada por el ejército regular Mismo sentimentalismo, –no nos atrevemos a hablar de picardía aquí–, que asesta en apiadar al lector que se confía en favor del verdadero asesino e indignarlo en nombre de la moral contra aquel que corrige y reprime.

La moral clásica, cristiana, no solamente respeta el orden establecido, tradicional y legítimo, en la ocurrencia el orden colonial, sino que aún necesita referirse a este orden, para, en su nombre, corregir los abusos y las faltas cometidas en su seno.

En la Argelia de 1956, existía carencias graves, injusticias flagrantes, hasta escandalosas, debidas a la carencia de empleo y administración en ciertas partes del ‘bled’, pero todo hombre sensato, empezando por la mayoría de los musulmanes, esperaban el remedio de semejante situación del Estado francés, en el cuadro más que centenar de la Argelia francesa. Es pues en nombre del orden, en el ámbito de las instituciones, que se puede enderezar las irregularidades y las injusticias de los individuos.

El progresista, él, ha inventado una moral a su medida :

Se declara ‘hermano universal’y pretende dominar las partes en lucha. Para ello no teme invocar la paternidad divina y la igualdad de los hombres ante Dios. ¡Se embriaga por la altura de vista a la que ha llegado Que los rebeldes maten, pillen, volqueen un orden secular no es injusto, puesto que son los únicos medios para instaurar el nuevo sistema que quieren las masas populares. Recupera su conciencia de moralista clásico para estigmatizar en los defensores del orden cristiano tantas y tantas inmoralidades e injusticias que importa denunciar y gracias a las cuales hace caer su condenación sobre la civilización entera. Este hombre no se da cuenta que es el esclavo de la revolución que se mofa de él, al ya no necesitar moralistas. 19

En verdadero discípulo del Padre de Foucauld, el Padre de Nantes sale a la defensa de la Cristiandad amenazada. Como me lo escribía en octubre de 1956 : Cada día la vanidad de las agitaciones del mundo me aparece más. La dichosa inmortalidad está en el único amor a Dios y al prójimo a causa de Dios. Así pues la política es nada si no tiene ese fundamento. Vuelvo al combate. Preparo mi segundo artículo para El Orden francés 20, te aseguro que esa lucha es una obra de amor. 21

Lo que estaba en juego en este combate inseparablemente político y místico, ese segundo artículo lo recuerda con fuerza con un título que dice todo : ‘Una comunidad histórica que salvar’. Una comunidad, no dos en la que tendríamos de un lado a los Europeos, del otro a los musulmanes ; la institución colonial las ha reunido en el espacio de cinco, seis generaciones ; mil lazos se han tejido entre ellos, en una admirable reciprocidad de servicios. Todavía hay mucho progreso por hacer, pero de ello ya resulta un orden concreto, vivo, histórico, que no se discute y que hay que salvar, en la medida en que potencias maléficas se encarnizan en arruinarlo, tanto del interior como del exterior.

La institución sola, –tal vez bastante mal, tal vez bastante bien–, los hacía vivir los unos con los otros, los unos por los otros. La dimisión del Estado, la opinión y el cuerpo de los moralistas los vuelve repentinamente extranjeros los unos a los otros... Mientras que la institución permanecía indiscutida, el moralista podía recordarle a todos ese deber de entreayuda, esa justicia mutua que es la ley profunda de ello ; desde el día en que la institución está sumisa a las opiniones y a los deseos de los individuos, vuelta vacilante, ha perdido su fuerza ; la moral ha abandonado esos sitios inhabitables para dejar vagar allí al fratricida y el odio [...].

Francia no tiene derecho a abandonar a los colonos ni a los indígenas, y su deber moral más estricto es proteger el orden, la justicia en el seno de la comunidad que forman sin discutir el principio de ello.

Una justa reprensión es pues legítima : militar, porque el orden necesita la fuerza armada para imponerse ; política, para impedir a los políticos de ocasión subastar un bien que no les pertenece ; ideológica en fin, porque la lucha contra la mentira, contra el mal, aún y sobre todo cuando éstos se camuflan bajo los ornamentos sagrados, es un deber. En breve, estaba expuesto todo un programa de salvación pública que hubiera salvado a Argelia, si hubiera sido recordado por la Iglesia y aplicado por las autoridades civiles.

¡Pero ay el Evangelio se ha vuelto en las manos de hábiles propagandistas el mejor auxiliar mental de la revolución. En Francia, sólo ese ‘evangelio’podía degradar a tal grado el ánimo nacional, en las colonias conjuga su autoridad con la del Corán. Para mí, católico dócil, sé que ahí se trata de un Evangelio mal entendido, desfigurado. ¿Pero qué autoridad puede hoy elevarse por encima de las diversas pertenencias religiosas para decidir de ello de una manera decisiva 22

En septiembre de 1957, el Padre de Nantes aclarará la cuestión de la tortura magistralmente 23, siempre con la meta de contestarle de vuelta a la inteligentsia de los teólogos amigos y cómplices de los fellaghas 24, a fin de defender el honor del ejército francés y la legitimidad de su duro combate en Argelia, particularmente durante la batalla de Alger (enero-septiembre de 1957). Es falso que los principios de la moral católica condenan la tortura como intrínsecamente perversa. Nos la deberíamos haber ahorrado, sí, pero con la condición que la República no amnistíe a los criminales y no parlamente con los rebeldes.

Así proseguía este hermoso trabajo de apoyo, compañero y guía de esta pequeña tropa de buenos servidores del País y de la Iglesia 25, que quería ver volverse nuestra.

EL ISLAM BAJO LA TOESA.

No obstante, la parte más decisiva de su colaboración con El Orden francés fue su recensión de la obra que el R. P. Théry, sabio medievalista, del orden de Santo Domingo, acababa de publicar bajo el seudónimo de Hanna Zakarias. El Padre de Nantes entendió de inmediato su importancia capital : quebrando por primera vez el candor milenario del Oriente y del Occidente ante el islam, un hombre toma la libertad de leer el Corán como un documento del pasado y buscar a explicarlo por las leyes más sencillas del método histórico desde siempre en uso en el seno mismo del catolicismo en el estudio de la Biblia 26.

El Padre Théry quedó conquistado por la claridad e inteligencia de esta recensión : Tradujo mi pensamiento de manera muy, muy exacta ; sacó de él conclusiones que apenas había vislumbrado, le escribía a nuestro Padre antes de darse a conocer a él bajo su verdadera identidad.

Mientras que el Padre de Nantes proseguía una larga y retumbante campaña sobre ese tema, ¡que permanece de una palpitante actualidad me encargaba a mí, a partir del otoño de 1957, cuando entraba en el segundo año de seminario en los Carmelitas, empezar los estudios lingüísticos e históricos necesarios para poder emprender la tarea más urgente en esta ciencia : una traducción verdaderamente científica del Corán 27. Las leyes del método histórico y crítico, ‘desde hace tiempo en uso en el estudio de la Biblia’, exigen que se haga abstracción de las leyendas fantaseadoras de la Sîra sobre la vida de Mahoma, porque datan de una época muy posterior y no tienen ningún fundamento histórico. De ello resulta una nueva comprensión del texto mismo del Corán, cuyas fuentes son bíblicas, y que revela en su autor la pretensión de instaurar una religión perfecta, ‘musulmana’.

El Padre de Nantes conoció al Padre Théry el 2 de marzo de 1957. Muy rápido se trabaron relaciones amicales entre el viejo sabio dominico y el joven sacerdote que lo había entendido tan bien, y que todavía oía el llamado de Carlos de Foucauld en prestar auxilio a los infieles de los cuales Francia había tomado la carga colonizadora. La preocupación de ‘verdad’científica, exegética e histórica, prevalía más que nunca, previo a todo proyecto misionero en tierra de islam. No haber podido entrar al Carmelo no lo había hecho renunciar a ser monje : monje misionero a imitación del Padre de Foucauld. Se franqueó de ese deseo con el Padre Théry, que abundó en su sentido, sobre todo, decía él, que el Padre de Foucauld espera todavía verdaderos discípulos : El lugar permanece vacante, por el hecho de la orientación muy contestable, de todas formas alejadísima de la meta primitiva, de los Hermanitos y Hermanitas de Jesús, fundados por el Padre Voillaume.

Una puerta de luz se abría, después de años de maduración e íntima purificación, como un nuevo llamado de la vocación oída desde la infancia. El dominico empeñó pues a nuestro Padre a escribir una Regla que se encargaba de someter al consentimiento de algún obispo de amigo.

MONJES MISIONEROS SEGÚN EL ESPÍRITU
DEL PADRE DE FOUCAULD.

Lo que fue hecho. En los ochos días que siguieron, nuestro Padre redactó, sin ningún trabajo y por decirlo así de un tiro, sin tachón, los ciento veinte artículos de la ‘Regla provisoria’bajo la cual vivimos, desde entonces, nosotros los Hermanitos y Hermanitas del Sagrado Corazón, nuestro noviciado, esperando obtener un día el reconocimiento canónico, a la hora de Dios. Esa hora todavía no ha llegado. ¿Cómo sorprendernos En diciembre de aquel año 1957, Sor Lucía de Fátima confiaba al Padre Fuentes que estábamos en los últimos tiempos del mundo, pero que, en la batalla decisiva que el demonio está dando contra la Virgen, oh misterio, la jerarquía ya no cumple sus deberes :

Padre, no esperemos que venga de Roma una llamada a la penitencia, de parte del Santo Padre, para todo el mundo ; ni esperemos tampoco que venga de parte de los señores Obispos para cada una de sus diócesis ; ni siquiera tampoco de parte de las Congregaciones Religiosas. No, ya Nuestro Señor usó muchas veces estos medios, y el mundo no le ha hecho caso. Por eso, ahora, ahora que cada uno de nosotros comience por sí mismo su reforma espiritual ; que tiene que salvar no sólo su alma, sino salvar a todas las almas que Dios ha puesto en su camino28

Nuestra Regla es ‘provisoria’, como todo lo que es terrestre, en la espera del regreso del Señor. Tal es la vocación propia de esta nueva familia religiosa volteada hacia el fin de los tiempos, para acoger, linternas encendidas en las manos y corazón ardiente, a Cristo cuando volverá. 29 Tal era la preocupación que inspiraba al redactor de las Cartas a mis amigos, desde ya más de un año :

No obstante guarden la serenidad íntima que da la seguridad de la victoria del Señor de Gloria. Volverá, en el momento en que todo parecerá perdido, cuando los elegidos mismos podrían ser seducidos [...]. La vida profunda de la humanidad, es la oración de la Iglesia. 30

Un alma escondida en Dios, cuya voluntad está toda unida a la Voluntad divina en el amor mutuo, se reconoce a su paz [...]. Toda su vida es la conmovedora aventura de una niña perdida que vuelve a encontrar el camino a casa. 31

Nuestro Padre era él mismo esta alma escondida en Dios, toda abandonada a sus divinas voluntades y totalmente ocupada en dar gloria a Dios, como lo revela la carta que le escribía a su director 32, en la fiesta de Todos Santos de 1957, y de la cual este es un largo extracto :

1º Estoy listo para hacer lo que Dios quiere, indiferentemente. Si estuve apegado a la acción política, eso ya no queda en mí más que bajo la forma de un deber (pesado). He ahí el resultado de diez años –o casi– de sacerdocio, de fracaso en expulsión, de expulsión en fracaso. ¡Cuánto le agradezco a Dios de haberme salvado así

2º Recibí en estos últimos tiempos grandes luces sobre la doctrina de San Juan de la Cruz. He visto ahí el camino que me queda por seguir : el del deseo de la más perfecta unión que se pueda concebir a mi Dios, mi Señor y mi Todo, ese deseo produciendo, en cuanto a mí, las renuncias de todo momento, en cuanto a Dios las gracias de contemplación. Así, no pienso verdaderamente actualmente más que en vivir de la mortificación para morir realmente a mí, al mundo, al demonio. El amor me alza. Eso no le es posible a mi debilidad sino por la dulzura excesiva y la soledad de mi vida presente ; así puedo sin cesar rezar en la capilla y trabajar las cosas santas.

¡Una nube de almas santas, alrededor de mí, me ayudan con sus oraciones y con su fervor que para mí es un ejemplo tan exhortante

3º Eso siendo, ¿el porvenir ¡Ninguna inquietud Me dirían de parte de Dios : vaya allá, iría. La vida es tan poco que la emplearía fácilmente a lo que sea para darle gusto a alguien.

En febrero de 1957, nuestro Padre nos escribía, a fray Gerardo y a mí : Podríamos llamarnos ‘los hermanos de la Gloria de Dios’, no pensando que deberíamos hacer su gloria, sino deseando ser los dichosos cantores de la Gloria adquirida, es decir contemplativos dichosos. Finalmente, nuestro Padre decidió que seríamos los ‘Hermanitos del Sagrado Corazón’. En su carta al Padre Marco, proseguía :

Pero así, la Orden de la Gloria de Dios es para mí esa obra posible, tan grande que rebasa mil veces mi vida mas a la cual es bueno y santo disponerme y consagrarme. No que sea mi sueño, mi voluntad : usted sabe que no tengo ningún apego por esta aparente creación de mi espíritu. Pero el contenido de esta Regla es el tesoro más rico de nuestra Religión : la Gloria de Dios, el Advenimiento de Cristo, etc, ¡y eso me llama Aunque sea un servicio pequeñito de la Gloria de Dios, he ahí de inmediato para mí un deber sagrado que vale cien y mil vidas.

‘... ¿y si no lo logro’La objeción me habita, pero para regocijarme deliciosamente. Jesús me ha dado más con los fracasos que con mis éxitos, y por eso sé que entre los tres caminos que se abren ante mí, su Majestad me evitará el primero porque me ama, –Ya me lo ha mostrado y me lo mostrará de nuevo : siempre me preservará del éxito hacia el cual tiende fogosamente mi naturaleza. –Entonces, ¿me dará el fracaso humano, con, escondida en él, la prosperidad de la Orden ¿O el fracaso humano y el fracaso total, como le pasó al Padre de Foucauld ¡Ah Amado mío, dame lo que quieras porque tus Voluntades son adorables y, ahí como aquí, veo lo que me regocija, el anonadamiento, la Cruz, es decir la obra sobrenatural cumplida, y veo más allá de esa nada de vida, el Cielo, tu Gloria cantada por las miríadas de ángeles y santos...

¿Entiende mi pensamiento Ser echado de derecha a izquierda a causa de esta Regla, de esta Orden, sin verla llegar a cabo, para mí es un bien, el mejor bien del sufrimiento impuesto por Dios a causa de su Nombre –puesto que ya no quiero más que la Alabanza de su Gloria, y ya no veo para mí otra vida sino la de cantarla [...].

Aplicarme a esta Regla, es entregarme a la vida perfecta según la enseñanza de los santos Padres y en una tonalidad que me conmueve en la substancia de mi ser y corresponde al movimiento más constante y más profundo de mi alma. Entonces, que lo logre o no, al cultivar este ideal, le cedo todo el lugar a lo mejor de mí mismo. ¡No puedo querer algo más

Ahí insisto. Veo que no hay esperanza de santidad sino en esta línea, en este camino bien alumbrado, y servicio agradable a Dios sino según esas vistas puesto que una vez más no tienen nada que me sea personal, nada original, y no son más que una continuación según mi entendimiento personal de la Admirable y Adorable Sabiduría de Jesucristo.

Antaño, veía la Gloria de Dios a través de las nubes de la tierra, mis proyectos, mis deseos y mis tendencias. Ahora, veo la Alabanza de la Gloria de Dios como una potente aspiración en nuestros corazones y, a través de ella, como tantas ocasiones de esta Alabanza, las cosas de la tierra.

Tal vez soy muy infiel a esta vista del alma, pero hay peticiones tan conformes a su Voluntad que Dios no puede faltar en satisfacerlas. ¡Pues bien todo mi ser, a lo largo de los días y de las noches resume su oración en el Pater. En mi vida, la Regla de los hermanos de la Gloria de Dios y los otros proyectos o deseos no son más que la prolongación de esta oración única, beatífica. En conciencia, creo que ayudado por la gracia divina, no tengo en el espíritu y el corazón cosa alguna sino esas peticiones del Pater. Amen.

su hijo. 33

La Carta celebrando sus diez años de sacerdocio, el 27 de marzo de 1958, llevaba de divisa la palabra de San Agustín : ¡Denme almas y quítenme el resto y se concluía con estas palabras : ¡Qué importan los abandonos, los fracasos, hasta las persecuciones que cada uno de nosotros puede sufrir. Lo único que cuenta, es la Iglesia y su Verdad. Qué gracia, si en las luchas y desgracias que vienen, no tuviésemos otra preocupación que esa. 34

El 22 de noviembre de 1957, nuestro Padre iba en peregrinación a Lisieux para confiar sus proyectos a Santa Teresita del Niño Jesús y a las hermanas del Carmelo 35. Por un privilegio excepcional, ayudó a misa a Dom Hondet, Padre Abad de Belloc, en la pequeña enfermería donde murió Santa Teresita. Desde Lisieux, le envió esta cartita a fray Gerardo :

Qué lección nos da [Santa Teresita], de humildad, pureza, soledad por amor e imitación de Jesús. Estamos lejos de ello, pero tengo confianza que si se apegan bien a mí como hermanos amados y que me apego bien al Padre de Foucauld como él estuvo a Jesús, entonces cumpliremos los unos y los otros la maravillosa Voluntad de Dios. ¡Toda la Iglesia nos ayuda invisiblemente, en el Cielo y hasta ya en la tierra, por una especie de complot divino 36

No creía decir tan bien, porque el día siguiente, el R. P. Coudray, Padre Blanco, vice postulador de la causa de beatificación del Padre de Foucauld, después de haber leído nuestra ‘Regla provisoria, le escribía :

Creo poder decir que el espíritu es el del Padre de Foucauld, sobre todo en todo lo que concierne la Eucaristía y la adoración, la sumisión y pertenencia filiales a la Iglesia, el cuidado de ortodoxia, evitar todo lo que sería novedad imprudente, todo lo que podría dividir, la separación del mundo, la soledad, etc., y muchas otras cosas. Me parece que el Padre de Foucauld en vida, hubiera plenamente aprobado el espíritu que anima estas reglas. 37

Durante ese tiempo, Mons. Le Couëdic, obispo de Troyes, a quien el Padre Théry había transmitido el texto de la Regla, ofrecía al Padre de Nantes emprender en su diócesis la fundación proyectada : Se enterrarán y más tarde algo crecerá...

El 1º de septiembre de 1958, nuestro Padre se despedía de sus feligreses de Anceaumeville que, en reconocimiento de su ministerio, le ofrecieron una casulla en la que se resume todo el amor de mi vida y mi vocación : Hay una Cruz que rodea una corona de espinas, porque nada grande y bueno se hace en la tierra más que en el sacrificio y la pena, y sobre el pecho ven un Corazón sobrepuesto de una Cruz, porque el misterio de toda nuestra religión y de nuestra vida se resume en este signo : el Corazón de Jesús no latió sino por nosotros. Nos dio de anticipo su amor, su misericordia, su perdón. El rojo, como una mancha de sangre, recuerda que no hay amor más grande que dar su vida por sus amigos ; el Blanco, como la azucena, inmaculado, evoca la luz del Cielo, la alegría infinita de la vida dada a Dios y unida a él. 38

Al dejar a Madeleine Saucé, hija del sacristán de Anceaumeville, deseosa de seguir en los pasos de nuestro Padre la estela luminosa del hermano Charles de Jesús, le trazaba este programa de vida : Su vocación consiste en permanecer aquí ; las tentaciones reales no están por encima de sus fuerzas y de los auxilios de Dios y, por su sacrificio y su fidelidad, puede merecer muchas gracias para este pueblo que tanto amamos [...]. En la soledad, trate de vivir esa vida de perfección en el amor de Dios y la renuncia a usted misma. Ahí estará su alegría. Cuando Dios quiera, formaremos una pequeña asociación y en ese momento encontrará su nido. Mientras tanto, rece 1º que tome resueltamente el camino de la perfección, 2º que otros nos sigan y que la Iglesia acepte nuestra Orden, 3º que entonces ‘laicos piadosos’quieran llevar a nuestra semejanza una vida más perfecta y que usted sea una de ellos.

Así fue reclutada nuestra primera ‘familiar’, que permaneció fiel toda su vida a la vocación que su buen Pastor había trazado para ella.


(1) CRC n° 110, octubre de 1976, p. 4.

(2) (1886-1960) Profesor universitario protestante que se convirtió a la Iglesia católica y a la Acción francesa, cuando la gente de ésta dijo su Non posumus a la condenación del Papa Pío XI, puesto que estaba en juego la salvación de Francia. En este acto vio que los católicos no creían cualquier cosa. Nuestro Padre dirá que era un alma bellísima.

(3) Católico reaccionario de derecha que mantuvo su raya con nuestro Padre.

(4) CRC n° 110, octubre de 1976, p. 4.

(5) CRC n° 6, marzo de 1968, p. 19.

(6) Es la primera grabación que hayamos conservado de nuestro Padre.

(7) Círculo brillante de profesores en todas las materias y de todos los niveles, creado por Henri Boegner al final de los años 1920 para defender los intereses de la enseñanza y de la inteligencia francesa.

(8) Discípulo ardiente de la Acción francesa. Dirigirá Aspectos de Francia después de la guerra, pero acabará traicionando el espíritu de Charles Maurras y sus discípulos.

(9) Carta a fray Bruno, 1956. Archivos de comunidad.

(10) Carta del 1º de enero de 1956. Archivos de comunidad.

(11) Carta del 11 de junio de 1956. Archivos de comunidad.

(12) Carta a fray Bruno, Todos Santos de 1955. Archivos de comunidad.

(13) A.F.U periódico de los universitarios de Acción francesa, fundado en la post-guerra. Nuestro Padre ayudó mucho en la fundación.

(14) a. f. u. n° 3, mayo de 1955.

(15)La búsqueda de la verdad’, a. f. u. n° 6, octubre de 1955.

(16)Desarrollar la filosofía del nacionalismo francés’, a. f. u. n° 14, junio de 1956.

(17)La búsqueda de la verdad’, a. f. u. n° 6, octubre de 1955.

(18)La democracia es el mal, la democracia es la muerte’, a. f. u. n° 17, noviembre de 1956.

(19) Carta de un teólogo: la traición de los moralistas’, El Orden francés n° 5, septiembre de 1956.

(20) Revista mensual fundada en 1956 por Philippe Roussel, nacionalista maurasiano.

(21) Carta del 7 octubre de 1956. Archivos de comunidad.

(22)Una sociedad histórica que salvar’, El Orden francés n° 6, noviembre de 1956.

(23)Moral y tortura’, El Orden francés nos 14-15, septiembre – octubre de 1957.

(24) Nombre dado a los argelinos independentistas.

(25) Carta del 8 mayo de 1957. Archivos de comunidad.

(26)El Islam bajo la toesa”, El Orden francés n° 8, enero de 1957.

(27) Tres tomos ya han sido publicados: EL Corán, traducción y comentario sistemático, edit. CRC. Las búsquedas arqueológicas más recientes convergen con los resultados de nuestra exégesis científica del Corán: De la islamofobia à la islamología, Il est ressuscité n106, junio de 2011.

(28) fray Francisco de María de los Ángeles, Fátima salut du monde, éd. CRC, p. 280.

(29) Carta personal del 5 de octubre de 1957. Archivos de comunidad.

(30) Lettre à mes amis n° 2 du 4 de noviembre de 1956.

(31) Lettre à mes amis n° 24, octubre de 1957.

(32) El Padre Marco, sacerdote de la casa Marie-Thérèse. Se habló de esta casa en el capítulo n°9 del presente libro.

(33) Carta al Padre Marc, Todos Santos de 1957, Archivos de comunidad.

(34) Lettre à mes amis n° 31.

(35) Escribió el relato en su Lettre à mes amis  n° 25. No ha sido traducida.

(36) Carta del 22 de noviembre de 1957. Archivos de comunidad.

(37) Carta del 23 noviembre de 1957, citada en Por la Iglesia, t. I, p. 61.

(38) Sermón del 1º de septiembre de 1958: “ El servidor no es más grande que su Maestro”.