Nuestro Padre es el testigo y el Doctor místico de “la fe católica incambiada, incambiable, no negociable por causa de perfección divina”, escogido para la hora de la resurrección de la Iglesia, después de la gran apostasía predicha por las Escrituras.
Nuestro catolicismo es integral. Abraza con entusiasmo toda la fe, la disciplina de los sacramentos y la moralidad de la Iglesia romana.
La prestigiosa Universidad Panthéon Sorbonne, en colaboración con varias facultades francesas de derecho organizó en Sceaux los pasados 30 y 31 de marzo un coloquio consagrado a “ La deposición del Papa – Sitios teológicos, modelos canónicos y sus implicancias constitucionales”. Y tuvieron la honestidad intelectual de hacerlo, porque nuestro Padre es el único teólogo que supo definir y poner en marcha una vía canónica moderna permitiendo atacar, deponer y echar afuera a un Papa que se desviase de la doctrina de la fe católica.